Y que peor.
Sabía que, pasase lo que pasase, estos exámenes nunca serían como los anteriores. Serían mejores. Y, de hecho, lo estan siendo… no se caracterizan por nada en particular, solo porque me rio y porque me pongo agresiva. Y porque no avanzo. Y porque hablo mucho. Porque me lo paso bien. Porque yo antes no era así (no dejo de repetir esta frase), antes no empezaba tres días antes a pasar cosas a limpio, antes cuando estudiaba, estudiaba. Y ya lo he dicho, es tu culpa. La de ella, de Aina. Que yo antes no era así… Qué tiempos aquellos en que hicimos el código deontológico de la O.P. (OperaciónEmpolle). Así que ya sabes quién es culpable de que nos de por comer en un chino lujoso con el Spielberg y compañía, de las largas sobremesas y de los descansos eternos. Si yo lo hago por ella que fuma (me va a matar jaja). Definitivamente, necesitamos a Ana.
Y sí, me pongo agresiva. Canalizo la frustración que me produce estudiar CatalánOral a través del odio. En los exámenes pasados canalizaba mi frustración amando a cualquier ser vivo. Ahora odio. Y que pasa, también es sano. Odio porque nunca odio y odio porque se que no es real. Pero me apetece odiar de mentira. Porque ya era hora. Y me sigo riendo porque ya no me justifico sin saberlo… y ya no escucho música para no pensar. Otra vez diciendo cosas que solo entiendo yo; ya sabes, pienses lo que pienses no es eso sino todo lo contrario y aún así tampoco acertarías.
La flora y fauna de la sala 5 de Humanidades es algo extraordinario. Una Petarda vestida de PopStars (pero petarda en plan mal, que yo de PopStars fui muy fan) que además baila sentada y no puede estar más de diez minutos quieta y sin estorbar no se vaya a escaldar la muy perra. Una tia que anda y mira como una Top model cada vez que se levanta a la papelera, la esquizofrénica que el año pasado lloraba y este se rie como la Loca que es, un Rastafari que afirma que la Loca no está Loca sino que se ha tomado un tripi, Yo que no paro de mear y les explico que la Loca es así de normal que, ya la tengo controlada y que cuidadín que estudia psicología, Esther y su Panda de Psicólogos que vienen de visita turística a ver a la Loca, un OdontólogoCapullo que no sabe quién soy pero yo sí se de su vida y por eso lo llevo controlado, para cascar luego. Y el ChicoGuapo de la camiseta de la vaca que rie, que va vestido como servidora: camiseta blanca y vaqueros rotos. Vale, no es una gran casualidad, pero mira, es guapo.
Y que ajetreo de día.
El trabajo de publicidad, entregado. Tres quilos pesa… y con papel marca Galgo. Qualité, si señor… y seis ebros el paquete, vaya por Dios. Las clases, acabadas. Seguramente nadie habrá vivido como yo los últimos minutos de Teorías de la Comunicación, escuchando los reproches de Giulianna Colazzi extasiada por la musicalidad de su voz, la seducción de su mirada irónica, su sonrisa malvada, ese moño de que sujeta una larga cabellera de italiana salvaje… Verdaderamente estoy obsesionada. Le he aplaudido. Yo sola. Esto empieza a ser enfermizo.
Los papeles del Erasmus, entregados. Y las ganas de irme, «in crescendo». Porque viajaré a muchos sitios y conoceré a mucha gente. Porque tengo ganas de atarme mi pañuelo al cuello e irme a desayunar un croissant. Y leer a algún autor muerto, maldito y atormentado.
Pero penita también, porque una vez me vaya no volveré a pisar Valencia en un año. Y porque no volveré a sentarme en el «fondo izquierda» con mis amigos del «fondo izquierda». Y porque ya son mis amigos. Y por Méndez, Company, Llorca… y porque he descubierto que quiero ser como Biosca y estudiar el cine durante la República de Weimar, por ejemplo. No quiero pasarme la vida montando cosas ajenas, ni de ayudante de realización, ni de cámara… no para siempre. Quiero vivir para ver películas y leer sobre gente que las hace bien. Solo así podré atreverme a hacerlo yo algún día. No se, lo he visto claro… todo lo demás está muy bien pero había olvidado por qué y para qué estaba aquí. Y puede que así no tenga que venderme nunca. Me da miedo querelo tanto porque puede que las cosas no resulten como me gustaría.
Y quiero ver «El Vampiro de Dusseldorf» ya.
E ir a Elche a tomar helados y a emborracharme con vosotros.
Y a dormir, que ya es hora.