Había una vez dos muchachas que conocieron a otro muchacho. Los tres planearon formar una familia en la segunda etapa del Erasmus. Pero la primera continuó su curso, todo pasó muy deprisa y para cuando se quisieron dar cuenta era imperativo buscar una casa donde empezar a desarrollar un hogar. Uno de esos hogares con desayunos y comidas, con turnos para limpiar el baño, con fregaza de tres, con cookies de marihuana y con excusas malas/falsas celebraciones que te conducen al supermercado a por una botella de vino. Sin embargo, nunca pensaron que fuese tan y tan difícil conseguir el marco material para seguir haciendo en comunidad de tres eso que antes hacían por separado.
Hasta este momento he callado como una perra porque explicar miserias inmobiliarias no es lo más estimulante que hay en la vida … así que he esperado pacientemente hasta que tuviese algo bueno que contar. No, bueno, maravilloso. De todas formas haré una elipsis cerebral para pasar por alto todo aquello que se podría definir como M.I.E.R.D.A. No diré nada de las eternas caminatas, los cumpleaños no-celebrados, los agentes inmobiliarios, los bocadillos, las negativas y la xenofobia como tonica general. No diré nada de todos esos pisos maravillosos que hemos visto y a los que no podíamos acceder porque no éramos directos descendientes de Robespierre. Mira no, me voy a callar la boca y no voy a hablar de rescindimientos de contrato, estafas, compañeros de piso ilegales y futuras fugas sin pagar. Ahora soy toda una experta en el digno arte de mentir. Nos sale de forma natural.
La cuestión es que hace tiempo sentí la necesidad de empezar de nuevo en otro sitio. Y esa necesidad al fin se ha traducido en una casa. Lejos de donde estoy ahora. Finales de este mes es la fecha para empezar a vivir en el barrio mas bonito de esta ciudad. Uno de esos sitios que te hacen sentir que la belleza existe. En serio. No se hasta que punto el cambio será cualitativo, solo se que hubo una época en que Hassan fue lo mas grande que nos había pasado y no me arrepiento. Pero no lo voy a echar de menos, no es posible hacerlo cuando vives en un barrio medieval protegido por la UNESCO. No cuando estas en el centro neurálgico de la noche y el vicio. No cuando, en vez de pasear por asfalto, lo haces por caminos de piedras. Todavía no se que veré cuando mire por la ventana, pero se que me va a encantar.
Solo con pensar en nuestra fiesta de inauguración me extasio. Y en la siguiente y en la otra. En realidad me extasio solo con saber que tendré una habitación con puerta para aislarme del Mundo cuando sea necesario. Cosa que ocurre con frecuencia y que requiere soluciones rápidas, no por mi bien, sino sobretodo por el del Mundo.
El día 27 puede ser el comienzo de una nueva vida sin problemas de espacio.
Solo tenéis que convencer al pater familias, que no es otro que el muchacho austriaco amante del HipHop a la par que juez. Empiezo mi campaña de presión utilizando como soporte esta plataforma que, vale, no es que sea masiva, pero hace las veces de imitación barata de lo que se puede llamar tribuna de opinión.
Votad por el apartamento encantador en Vieux Lyon. Si.
