MARIE-ANTOINETTE

Ahora mismo me gustaría ser Maria Antonieta. De hecho lo soy un poco ya, sobretodo cuando el miercoles la guillotina corte mi cuello y deje caer mi cabeza en una bonita cesta. Luego la exhibiran en el Campus-Desmontable de Bron. A la vista de todos los macrobióticos y perroflautas que comen tofu. Caeré de la mano de Molusco Boukala. Ese profesor que es como Buenafuente en largo, del cual descubrimos tarde que está bueno. Cuando, después de interminables clases muertas de sueño en las últimas filas, se nos ocurre sentarnos cerquita. El estará guapo con sus camisas claras, pero la historia del documental es Infumable. 

También me gustaría ser vendedora del Fnac para oler a libro todo el rato. Bien pensado me gustaría más trabajar en LibrosPaca, donde entrase menos gente y poder leer tranquila. Son graciosas las librerías, el otro día descubrí que en el centro hay una donde la cajera es murciana y hace chanchullos con sus amigos comunistas que leen libros sobre maquis. Claro, ellos hablaban en castellano y no se dieron cuenta de que la inglesa que merodeaba por ahí, no lo era en realidad. 

Pese a que obvié un agradecimiento formal a todos los que aseguraron mi parecido estético con un cerdo, solo tengo que decir que lo que escribí tenía una intención metafórica… no me considero una puerca en el sentido literal de la palabra. Hay que saber interpretar lo que lees y encontrar un segundo significado… Con esto quiero decir, nada de comparar mis rizos y el color de mi piel (que no es rosa!) con los de un porcino animal. He dicho.

Ya es de dominio público el problema nacionalista que se gesta en mi interior. No se quién soy ni a dónde pertenezco. Añadido a la extraña suma de nacionalidades de la que soy víctima, se suma el extraño batiburrillo de nacionalidades que los demás me adjudican: inglesa, alemana, danesa, polaca y rusa. ¿Rusa? Pues si, rusa también. 

También me gustaría trabajar en Mundovisión y hacer culebrones. Y videoclips.

Panadera no me gustaría, porque todas se llaman Raquel y huele demasiado a pan dulce. Eso, quieras que no, empacha. Además, redondearía más mis redondeces. Luego, trabajar en el departamento de Teorias de los Lenguajes en la Facultad de Filología como profesora adjunta, solo me gustaría porque podría ver a Biosca y chuparle sin que se enterase, a ver si su sudor tiene poderes mágicos y me hago lista como él. Luego puedo hacer una tesis sobre el cine en la Republica de Macedonia.

Me gustaría ser lingüista y dos veces lingüista como Georgen.

Otro día continuo con todas aquellas cosas que siempre quise ser, otras que se me van ocurriendo dependiendo del día, y las que desearé en un futuro.

Creo que volveré a España para hacer una cura de desintoxicación francesa y dedicarme a cosas tan importantes como: ir a la peluquería, ir a la esteticien, ir a Mango, ir a ver a mis abuelos, ir a Valencia, ir a ver a Colazzi e ir a dónde me mande mi santa madre. Luego, si esta me deja salir del país, me vuelvo para mi reino encantado en el 21 rue St Jean. Cuando vuelva y no seré nunca más humus, sino una resplandeciente chica que vuelve a lo que ha sido su vida durante nueve meses:

el Hedonismo en su más bella y pura esencia. Como una más de la corte de la reina Maria Antonieta. ¿Por qué no me dejaron protagonizar la pelicula? Un día también quise ser princesa… la corona y el cetro los tengo en una caja.

Sería cuestión de desenpolvarlos.

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