Argentina es un país cuya extensión es cuatro veces la de España y su población es de 40 millones de habitantes. Once millones se encuentran concentrados en Buenos Aires. Con lo cual se trata de un territorio que está prácticamente vacío. Con el fin de solventar este problema demográfico el señor Primer Damo y yo, la Presidenta, organizaremos unas jornadas de repoblación de la Pampa. Pensamos reproducirnos sin parar y establecer allí nuestra pequeña república independiente, cuya constitución será elaborada por la Presidenta y asumida ciegamente por su consorte.
Sólo estarán admitidas, en esta primera fase de repoblación de la Pampa, aquellas personas que tengan facilidad para tirarse a todo el mundo. No queremos excluir a nadie, pero la ley de la procreación manda. Es darwinismo puro y duro, nosotros estamos en contra del creacionismo… aquí al pan, pan. Y al vino, ginebra.
En este mundo multicolor que imagino habría ciertas cosas establecidas como prohibidas. Lo siento si parezco un poco mojigata, pero las drogas duras no serían bien recibidas y desde el Ministerio de Propaganda se proyectaría sin cese “Réquiem por un sueño”… para que los niños aprendiesen que puedes perder tu brazo o ser penetrada analmente por un gran consolador negro si te dedicas a la heroína. Las drogas de síntesis están permitidas porque en “Easy Rider” nadie es penetrado analmente. En mi mundo intentaría erradicar el hastío o la decepción cósmica… cosa harto difícil si excluyo las drogas duras como práctica social. Intentaría que nadie saliese herido de las relaciones humanas y que a nadie le costara estar con gente. Porque la gente es una cosa buena y sin gente no hay Pampa que valga. Prohibiría el sentimentalismo barato porque no lleva a ningún sitio y solo hace que generar utopías emocionales que no tienen sentido y son horteras.
En la Pampa no existirían las fronteras y ni el nacionalismo de ningún tipo, la única marca distintiva sería la no marca. Nadie se parecería a su vecino y, por otro lado, a nadie le interesaría. No fomentamos el individualismo, solo el colectivismo aireado… lo que quiere decir que tú en tu casa y yo en la mía, toca el timbre para entrar y no te molestes si esta tarde no te dejo pasar. A nadie se le obligaría a ser feliz ni a sonreír. De hecho, la Seguridad Social se encargaría de dar cursos de formación para aprender a ser infeliz, porque siendo un desgraciado es como resulta difícil desenvolverse.
En cuanto a las ideologías, cada uno podrá tener el carné que más le convenga. Pero deberá argumentar por escrito las razones que le llevan a adoptar una determinada postura política. Es la lógica del Estado-Nación-Razonado. La Liga de la No Mediocridad es uno de los proyectos más ambiciosos entre los muchos que tengo pensados.
Y a nadie, nadie, se le presionaría para que decidiese quién es antes de estar preparado. Condición sine qua non para formar parte de esta enfermedad creada sentados en la bancada de la cocina de un chico danés.
No pasa nada, una vez adquirida la nacionalidad puedes marcharte en cuanto lo decidas. Si quieres puedes pasarte solo durante el verano. Yo lo entendería. Y esperaría desde mi cabaña a que llegase el calorcito estival. Puede que entonces me decidiese a hacer turismo. No sería raro…
Porque en el fondo esta es una historia de encuentros y desencuentros. Una historia sutil.