El niño cantor me acompaña a coger un taxi. Adiós niño cantor, hasta mañana.
El señor Taxi me abre la puerta. Hola, a Cardenal Benlloch con Blasco Ibáñez porfavor. Se inicia nuestra conversación… bueno, es él quien lo hace:
-¿Qué has bebido?
-Vino
-Es que huele
-Joder…
-¿Blanco?
-No, tinto… pero solo he bebido tres copitas
-No, no pasa nada… es que desde que he dejado el alcohol he desarrollado mucho el sentido del olfato. Siempre huelo. A los ecuatorianos, que son muy borrachos, nunca les adivino qué han bebido. Antes no olía nada ni sabía nada, ahora me bebo el agua y me sabe a gloria. Yo es que soy de los aburridos… ni fumo ni bebo ni voy con mujeres… de las malas. No es que te huela el aliento ni nada de eso ¿Quieres un caramelo?
-No gracias, me acabo de tomar un pictolín
-Estos son mejores…
-No, en serio, que dos es mucho ya
-Ah, que engordan… Oye, ¿tu qué estudias?
-Audiovisuales
-Pero eso es como periodismo, ¿no?
-Si, al principio sí, pero luego te especializas
-Es que quiero meter a la pequeña ahí, aunque le diré que se busque otra cosa porque la nota de corte es muy alta ¿verdad?… mira que me ha pegado el cambio, la chiquilla. En tercero de la ESO me venía con seis suspensos, pero el último trimestre me trajo todo aprobados y cuatro notables. Y este ultimo trimestre… todo notables y tres nueves, con una nota de la profesora que ponía “felicidades porque el cambio ha sido extraordinario”.
-Ah pues enhorabuena por ella, porque eso no suele pasar, una vez se adquieren malos hábitos es muy difícil deshacerse de ellos.
-Pues si, pues si… es que son trillizos.
-¿Trillizos?
-Sí, mis hijos son trillizos. Y con el mayor no voy a tener problema, lo voy a colocar enseguida porque es un portento. La peor nota que me ha sacado es un nueve. Fíjate que ya tiene claro que va a hacer alguna ingeniería junto con filología, a la vez. Es que desde pequeño ya era así, y la Isabel, la otra, ha salido adelante por la influencia de se hermano. Sí se habrá leído el chaval más de mil libros, va a la biblioteca y se coge cinco tomos de esos gordos y la bibliotecaria le dice “si no te va a dar tiempo de leértelos todos”… Pero desde que tenía tres años ya era así. Mira, el otro día fue la primera noche que salió con 15 años que tiene.
-Será superdotado…
-No, superdotado no, pero que le gusta al chico… no como a la tercera. Y la Isabel me ha salido friqui.
-¿Isabel es la friqui o es la tercera?
-Sí, la Isabel es la friqui, que el otro día me dice que se iba al salón manga de Barcelona, le gustan esas cosas… pero con la tercera es que ya no puedo. Tiene muy buen corazón, eso si… pero me ha suspendido seis. Y sé que tiene el corazón más grande del mundo y la puericultura le iría muy bien porque le encantan los críos. Es una ama de casa, es la única de sus hermanos que se ocupa de ellos cuando están enfermos, recoge la habitación… vamos, un corazón enorme. Pero que se le va a hacer, y yo no voy a tomar disgustos por eso… lo único que le interesa es el Gurú y las telenovelas, que se le va a hacer. ¿Te dejo aquí?
-Si, bueno no… un poco más adelante.
-Claro hija si yo voy para allá! Pues eso, que no la voy a hacer una desgraciada… esa se coloca en una peluquería o en el Corte Inglés y ya está contenta.
-Aquí.
-Pues eso… cinco euros. ¿He hablado mucho verdad? Bueno, ahora te tapas la boca para que tu padre no te huela.
-No, si por eso no hay problema, yo ya no vivo con padres.
-Ay hija mía, ¿vives ya en pecado?
-Bueno, en pecado no… con compañeros de piso.
-Bueno hija, a cuidarse.
-Adiós.
Hasta estas vacaciones pensaba que tenía don de gentes o cara de gabinete psicológico. Otra conversación me aclaró que normalmente la gente, aún yendo sola, se sienta en el asiento trasero del taxi.
Y yo cuando voy sola me coloco al lado del taxista.