
Aunque aún no he visto la última temporada, soy fan de The Americans. La historia de Elizabeth y Philip Jennings es una de mis favoritas dentro del panorama seriófilo. Tengo que reconocer, sin embargo, que soy mucho más fan de él, Matthew Rhys, que de ella, Keri Russell. Y no solo porque Rhys sea uno de los mejores actores de su generación, pese a que no suele obtener papeles a su altura. Sino también porque las dudas y el sufrimiento que atormentan a Philip hacen de él un personaje mucho más intrincado que el de su compañera. Me encanta cómo Matthew Rhys es capaz de expresar miles de sentimientos contradictorios tan solo con su mirada. De hecho, si no has visto The mystery of Edwin Drood o The Scapegoat, te las recomiendo. Evidentemente, su talento se come al de su partenaire femenina, antes conocida como Felicity.
No sé si he contado alguna vez que soy muuuy fan de los actores formados en Reino Unido, a mi entender los mejores. No me extraña que en Hollywood se los estén rifando. A bote pronto me vienen a la mente Michael Fassbender, Matthew Goode, James McAvoy, Benedict Cumberbatch… Y estos son solo los que yo conozco. Como en el caso de Matthew Rhys, a buen seguro los hay por montones pero son poco conocidos o no reciben los papeles que merecen.
Todo esto no tenía como objetivo ensalzar a los actores británicos tras el Brexit, así gratuitamente, sino que quería dejar constancia de que empecé viendo la serie solo porque me gustaba el actor principal. Y me enganché. Quizás no tanto por la acción o por los intrincados lios de espionaje, que no son más que un mcguffin que sirve de excusa para lo que verdaderamente importa en esta serie: los problemas de identidad.