TAXI DRIVER

El niño cantor me acompaña a coger un taxi. Adiós niño cantor, hasta mañana.

El señor Taxi me abre la puerta. Hola, a Cardenal Benlloch con Blasco Ibáñez porfavor. Se inicia nuestra conversación… bueno, es él quien lo hace:

-¿Qué has bebido?
-Vino
-Es que huele
-Joder…
-¿Blanco?
-No, tinto… pero solo he bebido tres copitas
-No, no pasa nada… es que desde que he dejado el alcohol he desarrollado mucho el sentido del olfato. Siempre huelo. A los ecuatorianos, que son muy borrachos, nunca les adivino qué han bebido. Antes no olía nada ni sabía nada, ahora me bebo el agua y me sabe a gloria. Yo es que soy de los aburridos… ni fumo ni bebo ni voy con mujeres… de las malas. No es que te huela el aliento ni nada de eso ¿Quieres un caramelo?
-No gracias, me acabo de tomar un pictolín
-Estos son mejores…
-No, en serio, que dos es mucho ya
-Ah, que engordan… Oye, ¿tu qué estudias?
-Audiovisuales
-Pero eso es como periodismo, ¿no?
-Si, al principio sí, pero luego te especializas
-Es que quiero meter a la pequeña ahí, aunque le diré que se busque otra cosa porque la nota de corte es muy alta ¿verdad?… mira que me ha pegado el cambio, la chiquilla. En tercero de la ESO me venía con seis suspensos, pero el último trimestre me trajo todo aprobados y cuatro notables. Y este ultimo trimestre… todo notables y tres nueves, con una nota de la profesora que ponía “felicidades porque el cambio ha sido extraordinario”.
-Ah pues enhorabuena por ella, porque eso no suele pasar, una vez se adquieren malos hábitos es muy difícil deshacerse de ellos.
-Pues si, pues si… es que son trillizos.
-¿Trillizos?
-Sí, mis hijos son trillizos. Y con el mayor no voy a tener problema, lo voy a colocar enseguida porque es un portento. La peor nota que me ha sacado es un nueve. Fíjate que ya tiene claro que va a hacer alguna ingeniería junto con filología, a la vez. Es que desde pequeño ya era así, y la Isabel, la otra, ha salido adelante por la influencia de se hermano. Sí se habrá leído el chaval más de mil libros, va a la biblioteca y se coge cinco tomos de esos gordos y la bibliotecaria le dice “si no te va a dar tiempo de leértelos todos”… Pero desde que tenía tres años ya era así. Mira, el otro día fue la primera noche que salió con 15 años que tiene.
-Será superdotado…
-No, superdotado no, pero que le gusta al chico… no como a la tercera. Y la Isabel me ha salido friqui.
-¿Isabel es la friqui o es la tercera?
-Sí, la Isabel es la friqui, que el otro día me dice que se iba al salón manga de Barcelona, le gustan esas cosas… pero con la tercera es que ya no puedo. Tiene muy buen corazón, eso si… pero me ha suspendido seis. Y sé que tiene el corazón más grande del mundo y la puericultura le  iría muy bien porque le encantan los críos. Es una ama de casa, es la única de sus hermanos que se ocupa de ellos cuando están enfermos, recoge la habitación… vamos, un corazón enorme. Pero que se le va a hacer, y yo no voy a tomar disgustos por eso… lo único que le interesa es el Gurú y las telenovelas, que se le va a hacer. ¿Te dejo aquí?
-Si, bueno no… un poco más adelante.
-Claro hija si yo voy para allá! Pues eso, que no la voy a hacer una desgraciada… esa se coloca en una peluquería o en el Corte Inglés y ya está contenta.
-Aquí.
-Pues eso… cinco euros. ¿He hablado mucho verdad? Bueno, ahora te tapas la boca para que tu padre no te huela.
-No, si por eso no hay problema, yo ya no vivo con padres.
-Ay hija mía, ¿vives ya en pecado?
-Bueno, en pecado no… con compañeros de piso.
-Bueno hija, a cuidarse.
-Adiós.

Hasta estas vacaciones pensaba que tenía don de gentes o cara de gabinete psicológico. Otra conversación me aclaró que normalmente la gente, aún yendo sola, se sienta en el asiento trasero del taxi.
 

Y yo cuando voy sola me coloco al lado del taxista.

UN ESPECTÁCULO RÍTMICO

Resulta que yo duermo con tapones para los oídos porque mi habitación se encuentra al lado del salón y no quiero dormirme (o intentarlo) con Hospital Central de fondo o cualquier cosa parecida. Los que comparten la vida conmigo saben que lo único que me interesa de la televisión es OT porque coincide con la cena y me ayuda a no pensar… sí, es que soy una esnob. Pues estaba yo en ese punto en el que había apagado las luces, tapado con las mantas de franela mi cuerpo y puesto los tapones naranjas en mis orejas cuando se me ocurrió pensar en que si, de repente, alguien estuviese solo en el salón o incluso en mi cuarto y se atragantase con un quico o cualquier fruto seco similar, se ahogase, muriese y toda la pesca… ¿alguien podría acusarme de negación de auxilio o, incluso, de asesinato involuntario? ¿Habría bases suficientes como para dar con mis huesos en la cárcel? ¿Qué pensaría la opinión pública de esto? ¿Saldría en alguna editorial de periódico o revista por establecer un precedente jurídico que prohibiría los tapones para dormir?
A la única conclusión a la que llego es a que necesito un reproductor mp3 o equivalente.
 

El sábado pasado fui con mi santa madre y mi prima a un sitio donde pagas una entrada muy muy cara y ves peces, leones de mar, ballenas que parecen de plástico y delfines. En concreto vi un espectáculo maravillosisimo de delfines que se movían todos iguales mientras madonna y su hung up sonaba de fondo. En serio, era un espectáculo rítmico digno de ver… mucha gente estaba allí, acompañados de patatas fritas y coca cola (los más osados de un cubata) disfrutando de las acrobacias acuáticas que tan graciosamente llevaban a cabo los animalillos estos. De repente dejo de fijarme en las colas de los delfines para ladear ligeramente la cabeza y mirar como quien no quiere la cosa a la animadora que tan eufóricamente nos anima (es lo que tiene una animadora, se gana su sueldo) haciendo palmas entre pirueta y pirueta con los delfines. Anda, pero que resulta que ella es él… como me deja entrever ese ceñido traje de neopreno.

A la única conclusión a la que llego es que a mi me gustan más los de mi especie, aunque no hagan piruetas. O sí.
 

Me resulta hasta gracioso encontrarme comentando en comunidad cosas que antes hubiesen sido “secretos” de “te acompaño al baño”. A personas que no esperaba en situaciones que no esperaba. Y esto porque todo ha dejado de tener importancia, las cosas que pasan ahora ya no tienen importancia. Que alguien me pregunte si lubrico me parece bonito porque ya se ha llegado a un statu quo donde mi vida ya no es mi vida sino que es la de todos un poco. Y la de los demás me pertenece también en su justa medida. Hasta donde ellos quieran… y hasta donde yo me deje.

A la única conclusión a la que llego es que, normalmente, siempre quiero algo más. Algo que no tengo. Por eso me siento rara en ocasiones y por las noches pienso en las consecuencias mortales de dormir con tapones. Porque ahora no quiero más que lo que tengo. En un futuro probablemente no será así, pero si hablo de mi presente solo puedo decir que no espero nada. Y eso, créanme, me hace mucho bien.
 

A mi dame un maravilloso viaje a Londres, un libro medianamente interesante, unas cuantas películas de la Nouvelle Vague, camisetas de grupos de música, mandarinas, una bufanda, unas visitas, unas fiestas, una botella de Larios y soy medianamente feliz. O por lo menos estoy tranquila.

Ah, y luego estáis vosotros. Que me olvidaba!

 

 

P.D. A quien me acusó de poco ambiciosa… al final llevé más de un profiláctico.

 

 

 

 

PERSONA

A veces tengo la sensación de que corro y corro por un bosque. Que corro sin sentido y que a veces corro por correr. En ocasiones siento que avanzo, pero la mayoría de las veces me dedico a ir campo a través sin saber a dónde me dirijo, y cuando hay un claro en el bosque y puedo sentarme a descansar me doy cuenta de que en realidad no sé a dónde voy ni cómo voy a llegar. A fuerza de correr siempre se llega a algún sitio. El problema es cómo controlar un esfuerzo ciego, que se dirige a ninguna parte y que al mismo tiempo pretende llegar a todos lados.

Ocupar el tiempo antes de que él me ocupe a mí.
 

Es increíble cómo pueden pasar las horas y luego los días, las semanas, los meses. Y te das cuenta de que así de rápido puede pasar toda tu vida, sin vivirla como un día la imaginaste. Es una especie de rutina que te conduce agradablemente a la falta de autoconciencia.

Y eso para mí es morirse antes de que lo haga tu cuerpo. Dejar de ser crítico y análitico en los juicios que tienen que ver contigo mismo es un error. Significa que ya has sucumbido. Es como entrar en el metro y no ver nada al mirar tu reflejo en la ventana de enfrente. Eso es como no ser.

 

Yo sí miro. La mayoría de veces no sé lo que veo, si estoy contenta o triste, cansada o eufórica, apática o enfadada. Lo que es seguro es que sigo viendo algo, que por ahora no sé muy bien cómo identificar. Pero veo y espero seguir haciéndolo.

Ahora me dedico a eso, a mirar. Y a veces me paro y miro a mi alrededor y no entiendo nada. Solo entiendo que lo único que vale la pena son las personas. Las que conozco y las que no.
 

Ese hombre que conduce el bus y que dice hola. El que no dice nada. Las que te esperan en el portal. Las que te enfadan. Las que te piden un croquis de tu casa. Las que te incluyen en sus anécdotas de la semana. Las que te dan besos. Las que te lo dan todo. Hasta las que no te dan nada.    

Cuando paro de correr suelo pensar: “maldito hilo musical”.

 

P.D. En pocas horas correré una maratón en Londres. Lo único que me llevo es ropa de abrigo, un paraguas, un condón, tapones para los oídos y personas.

LA MUERTE DEL ANDRÓGINO

Y el andrógino salto desde lo alto de una torre. Por fin.

En el momento en que se lanzó me tapé la cara por vergüenza. No, por vergüenza no, por pudor. Mientras caía, mientras iba escupiendo las palabras a trompicones, el globo se fue desinflando. Con lo que cuesta cerrar una herida… que agradable es abrirla en ocasiones. Cuando está a punto de suturar la levantas un poco y ves que lo que antes estaba en carne viva ahora tiene un color violáceo, que es el color de la cicatriz.

Por mi natural tono de piel, cada vez que me hago una herida de esas en las que sale sangre, se me queda una marca que tarda millones de años en desaparecer. Por un lado admiro a la gente que no tiene marcas en la piel, pero por otro me gustan mis cicatrices, me parecen curiosas. Y sobretodo, me gustan porque son mías. Tengo una en la rodilla que me recuerda a mi infancia, es de esas heridas inocentes que te haces jugando en el recreo. No se me ha ido, se mantiene en mi rodilla, ajena al paso de los años. Hay otra, mucho más grande, en mi pierna izquierda. Esa me pilló mucho más crecidita y casi hecha una mujer. La herida me cruzó la pierna y la cicatriz fue totalmente visible. Me la acabo de mirar y ya apenas se nota, ha desaparecido progresivamente. Aunque la sombra estará siempre y yo sabré que está ahí. A veces pienso que fue una llamada de alerta para que estuvieses atenta a todo lo que iba a pasar. Sin embargo no hice caso a la señal, si es que lo fue, y me centré en la carnicería que llevaba a cuestas. A veces, si me aprieto, todavía noto un dolor lejano.

Pero sin duda, la cicatriz más controvertida es la que tengo en el codo, la que parece un tapón. La historia se remonta a hace casi un año, cuando en una de mis sesiones de depilación caí rodando por las escaleras. Fue absurdo y divertido, como muchas cosas hace un año. Esa ni la veo (es una razón de emplazamiento, normalmente no me miro el codo), aunque algunas veces hay quien me pregunta por su historia, quien le hace fotos o quien se ríe de ella. Es mi herida más pública.

Se ve que mi piel no conoce a fondo la palabra regeneración. O que tiene una buena memoria.

Veintiún años y tres cicatrices visibles. Pffff… ¿solo?

Hoy he visto Melinda&Melinda. Casi siempre que te caes te sientes tonta. Cuando dejé que la Muerte del Andrógino se produjese, me sentí tonta también. Me pareció una peli mala. Puedo hacer un drama de la vida. O puedo hacer una comedia. Aunque los géneros ya no existen. Si solo ves lo dramático de la vida, eres un miserable. Y si solo ves lo que te hace reír, lo eres también.

De lo que se trata, y lo más importante, es de ser dos veces miserable.

ALEX ET MARIA

Las historias de amor pasan todos los días.

María conoció a Alex al mismo tiempo que nosotras, un día que se me ocurrió preparar una paella horrible. Alex es un chico francés no muy guapo que haces trucos de magia y que en una ocasión llegó a casa con un paquete de cervezas y un ramo de flores. Poco después llegó Maria, sueca e impoluta en su estilismo, y que, ademas, canta y baila como Britney. Las fiesta transcurrió de manera perfecta, nadie se dio cuenta de nada hasta que llegó el momento en el que todos estábamos cansados. En ese preciso instante ellos se estaban besando y hubo que esperarlos. A partir de ahí supimos que quedaban a menudo y que a menudo seguían besándose. También llegó a nuestros oídos que Maria tenía novio. Luego lo constatamos: un novio rubio, guapo y con peinado moderno … a juzgar por la foto que nos enseñaba a todos. Ella hablaba de su novio delante de él, supongo que quería remarcarle que lo suyo era temporal. Y Alex cada vez estaba más enamorado y, en consecuencia, cada vez más guapo y más feliz. Hasta que llegó el novio de Maria y él tuvo que emborracharse para soportar el dolor que le producía verlos juntos. Me advirtió que no dijese nada al rubio oficial, que el chico le caía muy bien. Una no es nadie para juzgar la vida de los demás.

Recuerdo, como una de las cosas más bonitas que he visto desde que estoy aquí, el cariño con el que Alex miraba a Maria.

Una vez caminábamos él, Guillaume y yo. Pasabamos por delante de un escaparate de lencería donde unos maniquís exuberantes mostraban sus encantos. Los dos giraron la cabeza. Una mujer que se percato de ello se rió y les dijo que sí, que estaban muy bien pero que eran de plástico… Alex se volvió y, orgulloso, le respondió que “la suya era mucho más guapa”. Luego me aclaró (como si hiciese falta) que se refería a María. En esos momentos estaba feliz porque habían pasado la primera noche juntos. Luego ella quiso dejar de verlo. Le hacía demasiado daño mantener una relación a la que le quedaban semanas de vida. Pero no tuvo suficiente fuerza de voluntad y,de nuevo, les vimos aparecer como lo que son. Una pareja.

Dentro de tres dias María no estará. Y yo no dejo de pensar en como de triste será su despedida. Porque al final ella también se enamoró. Y ya no comprendo a aquellos que se esfuerzan en ver algún trazo de romanticismo en una despedida que quizá sea para siempre. Las despedidas serán siempre tristes por naturaleza, porque dices adiós a un tiempo que pasó demasiado deprisa, porque significa que se acabó, porque significa tener que olvidarlo todo para empezar otra cosa. En las películas siempre hay una tercera vía pero la vida real es imperfecta y difícil. En un mundo ideal ella hubiese dejado a su novio y se hubiese quedado. Porque en una película los sentimientos son simples y carecen de matices… en la vida real esto último puede significar un mundo entero.

Supongo que no se puede tener todo para siempre. Pero esta imposibilidad implica, a su vez, que hubo un tiempo en que sí lo tuviste. Y eso es bonito.

 

FIN DEL PRIMER ACTO

Te acuerdas de cuándo te hablé de un tipo guay que se llamaba Alex con una abuela que era aún más guay? Una abuelita con la casa llena de pájaros disecados, vírgenes de madera y retratos que parecen hechos por el mismísimo Marqués de Sade. Una casa donde los pomos de las puertas hacen juego con el papel que cubre las paredes, que a la vez hace juego con mis abrigos. El micro universo de los estampados bucólicos. Cojines con escenas de la caza del pato. Creo que es lo más grande que he visto desde que llegué… Incluyendo los desayunos con mermelada  en casas donde la figura de un negro a tamaño real te recibe en la entrada. Incluyendo las fiestas en abadías medievales.

 

Bien, pues hay otra casa. De tres pisos. En la nieve. Y el viernes nos fuimos para allá.

 

Orgasmando me hallaba solo de pensar en el interiorismo que me esperaba por descubrir. Quizás esa era la razón que me llevaba, últimamente, a tener sueños sucios. Quizá esa era la razón que me impulsaba a comprarme el Cosmopolitan. Y comprarse el Cosmopolitan es de calentufas.

 

Adivina quién esquió. Todos los demás. Mientras, Rosegarden y yo. Mientras, todos esquían luciendo sus esbeltas siluetas no mancilladas por los excesos del erasmus, “ahora a la derecha, ahora a la izquierda, cuánto estilo, cuan europeo soy”. Mientras, nosotras que nos hemos constituido como un todo unitario que lleva a cabo una misma empresa, cogemos una bolsa de plástico (que ya te digo que hubiese sido del Mercadona si en Francia hubiese Mercadona) y nos tiramos colina abajo como bárbaras sureñas.

 

Nuestro propio Rosebud prefabricado. Qué bonito y singular.

 

Y esta semana nos damos los regalos del amigo invisible. Qué emoción. Cuanta alegría prenavidad. ¿Y después de Navidad? Pues después se anuncia tormenta de la gorda. Si el año pasado casi se me va la pelota, pero de verdad (y esta cosa rosa da fe de ello), este no lo quiero ni pensar, me puedo ver de repente con un chaleco de fuerza. Será por razones distintas, eso si. En febrero simplemente no me depilaba y me compadecía de mi misma, en junio los acontecimientos me superaban y el tofu casi me destruye. Luego llegó el schock. Luego fui muy feliz. Y luego me vine. 

 

Y aviso que voy a volver. Pero muy demacrada. Con quilos que no son míos.

 

El otro día hicieron redada en mi residencia que, como todo el mundo sabe, esta en el barrio de Hassan. Pero se ve que Hassan anda un poco revolucionado y trafica dentro de los confines de la Madama y su Cerda. Rosegarden se vio asediada en plena calle por la policía secreta y la pobre cobarde, al enseñarle ellos sus placas y sus chalecos antibalas, se chivó. El ruiseñor ha largado. Soplona, eso no se le hace a Hassan porque él nos ha dado mucho… qué más da un poco de economía sumergida. Han cambiado el código, mira por donde. Y mira por donde es el B0405. Venid todos y desvalijadnos. Somos las del ático del noveno.

 

A veces me enervo. Que no es lo mismo que enfadarse. Y a veces esa chica que vive conmigo, y que se autodenomina la princesa del pop, se indigna porque, según ella, ni Alberto ni yo la dejamos desarrollarse dentro del universo pop. Estamos celosos. Una chica que dice que Ellos es música de organillo y que a la vez admira a Pepe el Marismeño, que dejó la droga por su hijo (y por eso está hinchado como un globo de helio), no se si será pop o no, pero lo de princesa es, quand même, es un poco pretencioso. Yo he intentado que se desarrollase como chica alternativa y atormentada, pero me califica de purista solo porque no quiero que firme aquí como Pepe (el Marismeño).

 

Pido mantener unos mínimos de clase, es mucho? Pues mira, por eso va y me llama gilipollas… después de haberse auto complacido (como de costumbre) llamándose a si misma “joya en bruto”. 

Psicopata New Age. Conflicto (inter) tribus urbanas. 

Nos vemos, dentro de tres dias.

LA PREGUNTA DE ESTE AÑO


Nenes que me he ido de viaje y he vuelto. Il a été un petit voyage. Si, si, petit pero necesario.


Porque para que te voy a engañar, estoy viviendo mi fase Sarah-Jessica con todas las de la ley, que es una fase difícil y grata a la vez. Y Lyon me está regalando muchas cosas. Me regala resacas de sol. Tardes de luz. Mañanas de viento mientras cruzo el puente. Me regala lluvia aislada que lo único que consigue es mojar las hojas caducas que se caen de los árboles, hasta dejarlas pegadas en el suelo, como si estuviesen dibujadas. Es una ciudad extraña que a veces sientes distante. Lyon es bastante Señora, pero creo que le caigo bien. Sin embargo no invita a la tranquilidad.


En Estrasburgo encontré un poco de la paz que buscaba mientras caminábamos por calles desiertas, abrigadas y con el pelo estufado por la humedad. Estrasburgo huele a invierno. Hay gente a la que le gustan las ciudades con río, a mi me gustan las que tienen carrusel. Como Lyon también. La catedral, una de las cosas más impresionantes que he visto en mi vida. Y ha sido en este petit voyage cuando decidimos el nombre de nuestros hijos, quizá los posibles padres y quizá los posibles matrimonios. Cada vez queremos casarnos con más gente. Y fuimos pobres, muy pobres. El Mango de Estrasburgo es todo glamour, pero el mercado, oye, lo están dando lo están regalando. Ni con esas. ¿Y que pasó con mi flequillo? Que durante cuatro días no existió porque me dejé el secador en casa. Y el secador es una prolongación de mi personalidad. Mamapato sin secador es otra cosa, es un ser inmundo. Tampoco teníamos toallas, se nos olvidaron porque el día de antes estuvimos hasta tarde en una barbacoa en casa de la abuela de Alex. Creía que el SentimientoSoviético se había acabado para siempre. Pues no, volví a tener una de mis regresiones a la peor Rusia stalinista.


Alex tiene una abuela guay con una casa aún más guay. Se que nadie me apoya en mi juicio estético pero la casa es de las mejores que he visto en mucho tiempo. Es el parque de atracciones del decorador de interiores. Rococó-Taxidermista. Vale que los pájaros disecados son un poco estilo Neo Norman Bates, pero el papel de las paredes hacía juego con mi abrigo. Y qué me gusta a mí el imaginario católico, nene. Y no se adónde quería llegar yo con todo esto, quizá a remarcar la personalidad de este chico que una vez vino a casa y nos trajo flores. Si quieres te pongo en situación:


– Hola Alex, qué tal


(En realidad en Francia se habla francés pero no quiero ser como Lucía Etxevarría, que no traduce con mísero pie de página sus citas culturetas en inglés… cosa que me parece bastante lamentable. Aprovecho este espacio para denunciarlo. Ya está).


-Hola, tu eres Diana. Te has muerto y ahora has resucitado. Yo soy Bradito y ella (Rosa) es Bene XVI, el Papa.


¿Por qué digo todo esto? Pues no se porque no tiene ninguna relación con nada. Solo un último apunte: no hay nada más triste que bailar bajo la lluvia una bachata, frente al Parlamento Europeo. No habría nada más triste si no lo supiésemos llevar con la dignidad con lo que lo llevamos todo.


En una plaza, comiéndome el peor bocadillo de la historia y con los pies en principio de crionización, me sentí tan afortunada…

VICTOR O VICTORIA

Astrud o Astrid

Entre unas cosas y otras recibi una grata visita. Recibi uno de los cuatro dias mas felices de mi vida que restaran para siempre en mi personal Olimpo de los buenos momentos. Solo comparable… con pocas cosas. Me alegro de haber promobido el Vicio en mi querida amiga Glo.

Luego me deprimi. Bastante, por eso no dije nada. Pero ahora ya estoy bien. Muy bien. Requetebien. Aunque entre unas cosas y otras he cogido el tranvia para ir a mi Universidad de la Montanya y he visto una cosa. Escrito sobre el vaho manyanero del cristal de una de las paradas habias puesto tu nombre bien grande. Bueno, a lo mejor no fuiste tu. Pero parece que hay alguien por aqui que no quiere que te olvide. Emocionada me hayo.

Eso, que entre unas cosas y otras me estoy autodestruyendo, y a nada de aplicarme una buena racion de disciplina alemana. Vodka del LeadrerPrice, 6 ebros. 

Y ahora resulta que Astrid, la sueca, es bisexual y me encierra en el aseo para decirme que es muy sexual. Chica viciosa… Y no veas como estan las suecas. Como regaderas. Y los franceses? Como regaderas tambien.

Y yo me pongo mi chapa de Astrud y todo el mundo dice Astrid, Astrid! No conyo… Astrud! Y que conste que yo la amo, siempre desde un punto de vista bastante alejado de la bisexualidad. Dios mio, de la sexualidad incluso. Astrid, tu no llegas a Febrero.

Ah, pero yo queria agradecerles a Glo y a Maria su inestimable visita y me he liado, como siempre. Robé otro libro en el SmokingDog, creo que una novelucha erotica. Y canté con Jorge de Hamburgo «Entre dos tierras» de Héroes (inaudito). Fui a una de esas locas fiestas americanas pero a la francesa y con las Spice de fondo. Y a un burdel donde bailamos «jamming» seguido de ese bonito «papipapipapichulo» en una pista de que era una plaza de toros. No se, estoy haciendo muchas cosas ya ves.

Y termine el libro de Urdaci que, junto a la Biblia, no esta nada mal como relato de (ciencia) ficcion. El se lo hace y él se lo come.

El principe deberia haberse casado con la modelo rubia tetona. Vivan las nordicas.

Alehop!

RAMADAN

No me hables muy alto que estoy de recogimiento espiritual. Hoy domingo.


Ayer no.


El viernes me fui a andar/vagar por barrios que solo habia visto de noche y con el vicio como vestido. Muy bonito todo. Me decidi entonces a subir y subir los escalones que llevan a lo alto de la colina. Casi me muero. Pero qué bonito. Y en un jardin tipo «ElJardinSecreto» encuentro un Cristo a tamanyo real. Y sigo su llamada, que me conduce a una pequenya capilla, la capilla de la SantaPaulina Y entro… y una mujer rezando, recogida para la oracion. Y yo puedo ser infiel, pero antes me tiro por la colina que la molesto, hombre. Y me siento… tuturu…ojeo un NuevoTestamento (en salmos eh) en francés. Entonces lo hago, me lo meto al bolso bajo la mirada inquisitiva de la SantaPaulina.


Ladrona.


Pero por la noche nos arrodillamos ante uno de los muchos puentes de esta bonita cuidad. No me preguntes cual porque ya habia comulgado un rato antes con el vicio, en forma de botellica de vodka barato. Y en medio del puente lo volvimos a hacer para dar gracias por el Erasmus. Preciosa bendicion. Luego, en una fiesta. Su tematica: la F. Si si, la F. El resto no te lo cuento porque tampoco te creas que lo tengo muy claro.


Presion. Porque el sabado hice una paella para nosecuantas personas, algunas de ellas desconocidas. Presion. Que asssssco de paella. Era una masa ingente de arroz. Incomible… Solo yo parecia darme cuenta. Pero en el fondo sabia que no era la unica que lo pensaba. Solo que aqui la gente es muy gentil. Mi Padrino intento consolarme pero ya era tarde… y la sangria si me habia salido muy buena. Eso lo puedo asegurar.


Pero alegria, que estamos de celebracion. Que es el ramadan y mi barrio se viste de gala. Y hay mercado con los productos que las matriarcas hacen en sus hogares. Una de esas matriarcas ha querido saldar su venganza por LaReconquista estafandonos por unas delicias de pollo. Al comérmelas se me ha olvidado. Y es que todos hermanos. El verdadero Evangelio deberia empezar por la comida. Los musulmanes lo saben. Anda SantaPaulina, déjate de misiones y hazme unos benditos dulces para que comulgue con tu fe.


No lo ves? Estoy de un espiritual…    

LA VIDA ES DUPLEX

Y duplex es bienestar.

Es una cama, una cocina y un banyo (si, sigo sin enye porque sigo sin tecnologias).

Es un barrio maravilloso porque aunque sean las diez de la noche sigue habiendo gente. Ademas hay un monton de sitios donde hacen comida tipica francesa.

Es decir, hay un monton de kebaps.

Eso es porque vivo en el barrio arabe, poblado por Hassan. Y ojo, cuando utilizo el termino «Hassan» no me estoy refiriendo a una personalidad concreta, sino a un ente abstracto que representa a los cientos de hassanes que pululan por plaza en la que vivo. Y a finales de semana Hassan monta un mercadito en mi portal de ropa, zapatos y elementos varios y extranyos. Una vez vi unas Puma que no tenian mala pinta. Y es que Hassan sabe lo que se hace. Ah, y cuando he dicho en mi portal no te lo tomes a broma porque literalmente ese es el sitio que Hassan ocupa. Y yo encantada de la vida, qué entranyable es bajar en hora punta y ver todo repleto de Patriarcas hablando de la situacion en Oriente Medio… yo no los entiendo pero Rosa, que ahora estudia arabe, si. Bueno, lo intuye. Ademas de Hassan, esta su hijo, Ossama. Ossama a veces se dedica a cortar carne, a regentar un locutorio o a vender estupefacientes. Si me conoces sabras que estoy encantada con mi barrio. La pega: que Hassan mea en la calle y huele a pipi.

El otro dia el chico de nuestro locutorio preferido dijo que le sonabamos de vernos por ahi y yo, orgullosa del todo, le dije «nous sommes voisines», que es como decir que soy la del noveno.

Si. Rosa se ha apuntado a Arabe para hablar con los colegas del barrio. Y yo, que tengo colegas en Italia me he apuntado a Historia del Cine Italiano (no iba ser del Cine Brasileiro, claro). Y como tambien los tengo en Escandinavia pues el semestre que viene iré a Literatura Escandinava para que cuando viaje a Dinamarca/Helsinki pueda participar en los debates intelectuales de las gentes del Estado del Bienestar. En cuanto al curso en cuestion, te dire que he vuelto a mis origenes, estoy viviendo mi segunda pubertad. Pues si, Rosa y yo estamos en primero con gente tan descolocada como nosotras pero que sabe hablar francés. En toda clase universitaria que se precie siempre hay alguien machucho al que todos miran mientras se preguntan que narices hace sentado en esa silla con la edad que tiene. Bien, en clase de Lectura de Obras somos nosotras. Y nos hacen contar los planos en voz alta… eso es muy malo. Y el profesor cecea; por eso no me impone.

Tambien tengo que decirte que mis amigos de aqui van a la Universidad Catolica. Y eso es muy grande. Digo amigos porque todos son Ellos. No es que no haya mujeres en Lyon, es que creo que no nos quieren conocer. Se llaman Martin, Quentin, Pierre, Guillaume y Valentine. No, no es broma. Son divinos. Son un poco raros tambien. Y luego esta Georgen que es la version masculina de mi Erasmusita porque tambien es de Austria. Qué gran pais. Georgen nos lleva de excursion en su Wolgswagen verde por la ruta del vino… ya te habia dicho que era de Austria.

Y que a nadie se le ocurra preguntarme «qué te has comprado». Por ahora me compro comida y eso ya es bastante. Lo que sigo sin pagar es el metro y eso es de ser muy delincuente y espanyola, que aqui el metro lo paga hasta Hassan. Tampoco me preguntes cuanto me cuesta la academia de frances a la que me voy a apuntar para mejorar mi retorica, que siempre fue rica hasta que prové un idioma que no era el mio. Si me lo preguntas eres un maleducado/a.

Pero te lo dejaria pasar si vinieses a visitarme. Yo lo dejo caer.

Hasta otra.