HABITAT Y HUMANISMO

Lo logré, lo he hecho… he resurgido. Bueno casi.


Si te diho los tumbos que he dado no te lo crees, si te digo que me faltan algunos mas no me lo creo yo. Aqui no hay enye y los acentos estan raros asi que mira, no los pongo.


La primera parada de los monstruos fue en casa de una perra francesa cuyo gato intento acosarme sexualmente. Esta perra que tambien era un poco cerda porque de limpiar ella no sabia nada, me odiaba y casi me veo de patitas en la calle con mi maleta, mi portatil y mi todo. La soledad y yo, como decia esa cancion tan mezquina.


Hui. Que bien. Y fui a parar al extraradio de esta bonita ciudad, solo que el extraradio no es bonito sino una mierda. Ahora mismo me encuentro en lo que yo llamo ElBloqueSovietico. Las duchas y los aseos, comunitarios y sin luz. Sin nevera. Me he visto muy mal en ese sitio. Ya no, hecho mano de mi fortaleza interior y de la certeza de que dentro de poco no estare alli. Porque llamame burguesa, pero yo esperaba un poco de EstadoDelBienestar, que para eso lo de «liberté, égalité et fraternité»… o no?


Encime veo que mis patrones de conducta se reproducen, mi sino personal me persigue. Si algo malo tiene que pasar, tranquilo, que me pasa a mi. En el tiempo que llevo me han acribillado los mosquitos, se me han roto las gafas, ha llovido y yo sin paraplue, me han acosado varias veces elementos de distintas especies, no solo la gatuna.


Porque yo no he visto tanto iluminado como en Lyon. Lo mejor es cuando las viejas me rinyen porque no pillo ni papa. Dentro de poco va a dejar de servirme el recurrido «je ne comprende pas». Ha habido dias en los que hubiese sido mejor no levantarme.


Pero aqui hay mucho glamour. Que quieres que te diga… A la altura de mi abrigo. Y Rosa y yo, dos senyoras. Aunque nos emborrachemos como dos cosacas y acabemos durmiendo la mona en el sofacama de Goergen. Porque Georgen es nuestro HermanoErasmus cuyo amor fraternal nos subyuga hasta limites insospechados. Espanya ama a Gerorgen. Y Francia tiene Rey aunque sea una republica.


Punto y aparte merece tal personaje. Trato de honor. Porque nuestro Hermano Martin es lyones y tiene una deuda con Espanya. Habla con acento de Cadiz y nos saluda con un «hola chocho». Con el alcanzaremos la cumbre Erasmus, que no te digo cual es porque como dice Rosa, nosotras como los actores, no hablamos de nuestros proyectos por si se gafan.


Hasta ire a la opera. Y puede que lea a Sartre en francés y eso es muy grande. Seguramente no me catare de nada, pero dame tres meses que «petit a petit l’oiseaux fait son nide».  


Cuando las cosas iban mal pensé en ti. Ahora que estoy bien pienso en llamarte y contartelo. Solo que no puedo. 

FIN DEL PRIMER ACTO

Te acuerdas de cuándo te hablé de un tipo guay que se llamaba Alex con una abuela que era aún más guay? Una abuelita con la casa llena de pájaros disecados, vírgenes de madera y retratos que parecen hechos por el mismísimo Marqués de Sade. Una casa donde los pomos de las puertas hacen juego con el papel que cubre las paredes, que a la vez hace juego con mis abrigos. El micro universo de los estampados bucólicos. Cojines con escenas de la caza del pato. Creo que es lo más grande que he visto desde que llegué… Incluyendo los desayunos con mermelada  en casas donde la figura de un negro a tamaño real te recibe en la entrada. Incluyendo las fiestas en abadías medievales.

 

Bien, pues hay otra casa. De tres pisos. En la nieve. Y el viernes nos fuimos para allá.

 

Orgasmando me hallaba solo de pensar en el interiorismo que me esperaba por descubrir. Quizás esa era la razón que me llevaba, últimamente, a tener sueños sucios. Quizá esa era la razón que me impulsaba a comprarme el Cosmopolitan. Y comprarse el Cosmopolitan es de calentufas.

 

Adivina quién esquió. Todos los demás. Mientras, Rosegarden y yo. Mientras, todos esquían luciendo sus esbeltas siluetas no mancilladas por los excesos del erasmus, “ahora a la derecha, ahora a la izquierda, cuánto estilo, cuan europeo soy”. Mientras, nosotras que nos hemos constituido como un todo unitario que lleva a cabo una misma empresa, cogemos una bolsa de plástico (que ya te digo que hubiese sido del Mercadona si en Francia hubiese Mercadona) y nos tiramos colina abajo como bárbaras sureñas.

 

Nuestro propio Rosebud prefabricado. Qué bonito y singular.

 

Y esta semana nos damos los regalos del amigo invisible. Qué emoción. Cuanta alegría prenavidad. ¿Y después de Navidad? Pues después se anuncia tormenta de la gorda. Si el año pasado casi se me va la pelota, pero de verdad (y esta cosa rosa da fe de ello), este no lo quiero ni pensar, me puedo ver de repente con un chaleco de fuerza. Será por razones distintas, eso si. En febrero simplemente no me depilaba y me compadecía de mi misma, en junio los acontecimientos me superaban y el tofu casi me destruye. Luego llegó el schock. Luego fui muy feliz. Y luego me vine. 

 

Y aviso que voy a volver. Pero muy demacrada. Con quilos que no son míos.

 

El otro día hicieron redada en mi residencia que, como todo el mundo sabe, esta en el barrio de Hassan. Pero se ve que Hassan anda un poco revolucionado y trafica dentro de los confines de la Madama y su Cerda. Rosegarden se vio asediada en plena calle por la policía secreta y la pobre cobarde, al enseñarle ellos sus placas y sus chalecos antibalas, se chivó. El ruiseñor ha largado. Soplona, eso no se le hace a Hassan porque él nos ha dado mucho… qué más da un poco de economía sumergida. Han cambiado el código, mira por donde. Y mira por donde es el B0405. Venid todos y desvalijadnos. Somos las del ático del noveno.

 

A veces me enervo. Que no es lo mismo que enfadarse. Y a veces esa chica que vive conmigo, y que se autodenomina la princesa del pop, se indigna porque, según ella, ni Alberto ni yo la dejamos desarrollarse dentro del universo pop. Estamos celosos. Una chica que dice que Ellos es música de organillo y que a la vez admira a Pepe el Marismeño, que dejó la droga por su hijo (y por eso está hinchado como un globo de helio), no se si será pop o no, pero lo de princesa es, quand même, es un poco pretencioso. Yo he intentado que se desarrollase como chica alternativa y atormentada, pero me califica de purista solo porque no quiero que firme aquí como Pepe (el Marismeño).

 

Pido mantener unos mínimos de clase, es mucho? Pues mira, por eso va y me llama gilipollas… después de haberse auto complacido (como de costumbre) llamándose a si misma “joya en bruto”. 

Psicopata New Age. Conflicto (inter) tribus urbanas. 

Nos vemos, dentro de tres dias.

ALGODÓN

Hace poco tuve la oportunidad de elegir entre un gofre con chocolate y algodón de azúcar.


Opté por el gofre. Mal. Me dió angustia.


Me encanta el algodón de azúcar pero me da miedo comerlo porque parece muy grande e indigesto. Mentira. En realidad lo recuerdo delicioso.


Alguien robó para mí un trozo de algodón. Nunca me habían robado algo así. Gracias.


Tampoco había hecho autoestop tres veces seguidas (ni una), ni me habían rociado de vino. Nunca estuve tan a punto de morir despeñada desde una montaña.


Quizá nunca fui tan feliz como en esos momentos. O sí. Pero la nostalgia es un bicho que se te mete dentro y no se va, y yo sentí nostalgía por todo lo que aún no había ocurrido. Ahora, por las cosas que pasaron y por las que no.


Nunca tuve el lagrimal tan desarrollado ni tantas cosas en la cabeza.


La próxima vez que hablemos, yo ya estaré lejos. Y espero que viva.


Si quieres verme, da tres golpes con tus zapatos rojos y dí


«quiero estar lejos de casa» «quiero estar lejos de casa» «quiero estar lejos de casa».


 

VISTA PRELIMINAR

Desde siempre y debido a que mis biorritmos están fuertemente adaptados al calendario escolar/universitario, el año dura lo que dura un curso academico. No hay mas. Nochevieja es solo puro teatro porque no siento que nada empiece. Ni punto de comparación con cuando voy a los chinos a comprarme bolis de estreno, eso sí es empezar una etapa porque tiro los viejos (aunque estén para usar) y adquiero unos nuevitos del todo. Y miro los horarios y pongo pegatinas en las fundas con cada una de las asignaturas. Es el inicio de algo. El verano es, por tanto, un largo letargo caracterizado por el alcohol (mucho), el calor, las siestas y un cierto aburrimiento. En mis veranos basicamente no pasa nada: son como un limbo, estoy pero no estoy.


Este verano ha sido/es diferente, por lo corto y por lo intenso. No he hecho nada especial y no he parado quieta. Entre fiestas de disfraces, burocracia, lecturas y Sexo en N.Y. Sin pausa y sin prisa.


He tenido dos fiestas de disfraces. En la primera iba disfrazada de Olivia Newton John (a lo SandyVirginal) y en la segunda de SuperMartirio. La primera fue en una montaña abandonada de la mano del señor donde perfectamente podría haberse escondido JasonX y matarnos a todos. Ya sabes, nunca digas «ahora vuelvo» porque ya no vuelves… Y comí hamburguesas cuadradas. Y conté mi teoría sobre la similitud existente entre el laberinto de Alicia en Eurodisney y la eyaculación masculina. Y comparé a Meliès, estando yo (por supuesto) en un estado lamentable de ebriedad, con Steve Urkel. La segunda fue en una gran mansion muy al estilo Hitchcock, con retratos al oleo y todo. En la vida que yo tengo pensé que peinaría mi flequillo con un peine de plata. Pero lo mejor no es que fuera de plata, es que era como el de mi casa, de los veinte duros (de los «60 céntimos»), pero llevaba una especie de funda de plata en el mango y reposaba, que bonito, sobre una bandejita que era de plata también. Me autodescubrí en esa fiesta, o me descubrieron ótros y me echaron. Me di cuenta de que soy una zorra… con carisma, eso sí. Una zorra con carisma. En la vida que yo tengo. Pero me bañé en bolingas.


No me estoy culturizando mucho. Leo sobre teorías del cine, algo es algo. Y tiene merito además, que retomar Walter Benjamin en verano es como para cortar la leche con nesquick del desayuno. Soy capaz de todo antes que sentarme a estudiar los verbos irregulares en francés. Oye, que hay muchos. Y el otro dia me puse un documental sobre Kubrick de tres horas. Hay demasiados verbos irregulares. También veo Sexo en N.Y., ya lo he dicho. Ni me hace falta la TeleIndiscreta porque en el Cosmopolitan solo ponen eso. Y Ana de las Tejas Verdes («mi vida es como un cementerio de ilusiones enterradas»). Incluso llegué a encontrar un paralelismo entre mi vida y la de Carrie Bradshow. Penoso. ¿Te he dicho que aprobé catalán oral y escrito? Pues lo aprobé.


El cumpleaños de FlyGiar me dejó un bonito regalo en forma de ganglios en la garganta. La visita de Ana y Meliès, un «bonito» bronceado tipo cócktel de gambas con salsa rosa. La cena en el chino con mis amiguitas, la fiebre del «PolloPimpollo». Soy una pupas, mi cuerpo se acomoda a la vida fácil con mamá. Llegó un momento en el que las tres cosas se me juntaron y solo me faltaban los estigmas: la piel se me caía a pedazos, la garganta me arañaba y la urticaria no se iba. Porque tuve urticaria, que fuerte, que tuve que ir a urgencias a que me pincharan en el pompis. En la vida que yo tengo.


Y mi madre tiene novio. A veces le tocan el timbre y me dice «me bajo, dentro de un rato subo» y se va a pasear con su enamorado que es nuestro persianero. Yo no lo he visto, pero ella dice que es feo. Está más delgada, más guapa y más feliz. Está más de todo. Y me acompaña a Mango y se compra lo mismo que yo, dice que quiere ser moderna. Reconozco que es un poco raro… pero se veía venir cuando le dió por cambiar los muebles de toda la casa. Ahora compra enanitos de jardín y los coloca en el salón.


Pero se hace corto, todo se hace corto. A veces me quiero ir de verdad, pero solo en momentos puntuales en los que estoy agobiada. El resto del tiempo es como si me fuese un mes de vacaciones. Voy a hacer la cartilla sanitaria europea y el hombre que me atiende me mira y me dice «¿para qué te la haces, te vas de vacaciones?» «No, me voy a estudiar un año» «Ah…, pues entonces sí». Claro, es que a lo mejor me sale urticaria en Francia ¿tendrán PolloPimpollo allí?


No me puedo quejar, me iré a Lyon habiendo tenido, por lo menos, un momento especial con cada una de las personas a las que voy a echar de menos. Y muchas fotos. Me iré dejando cerrado algún asunto que nunca imaginé que concluiría, que pensé que me perseguiría hasta mi vuelta. Me iré, del mismo modo, dejando cosas sin acabar, a medias. Y cosas sin empezar. C’est la vie. 


 

BICHITOS Y MUTANTES

Una cosa. Últimamente la gente sueña conmigo. Sandra me dijo que me había visto mientras dormía, saltando por un barranco mientras ella, en vano, trataba de salvarme. Y yo me reía le decía que era divertido, que lo probase. Ella lo pasó mal pero por lo que se ve una no puede decir lo mismo. Y es muy curioso porque de pequeña yo solía soñar que me tiraba del balcón de casa de mi abuela, sentía un poco de vértigo al caer y luego me metía por la ventana y aterrizaba plácidamente en mi cama. A mi me parecía gracioso. Como graciosos son los niños, el algodón de azúcar y bailar un vals improvisado por la calle contigo, por absurdo que parezca todo eso. También es gracioso despedirme dramáticamente de vosotros para que nos volvamos a encontrar y alargueeeemos el adiós eternamente. Todavía me queda tiempo para tabular, formatear, ver películas y tomar horchatas con algunos. Yo ya no se cuando es en serio, así que haré como si nos volviesemos a ver durante el verano (guiño).

No es tan gracioso que un ser extraño como Navarra te diga que has aparecido dos veces en sus sueños. Y que luego matice que él nunca sueña con personas y menos con mujeres. Si a esto añadimos que no quiso especificar qué narices hacía yo por ahí en medio y me reprochó que no lo volviese a hacer una, como mínimo, se pregunta qué está pasando. Y como en mi casa hay bichitos feos que aparecen por la noche me voy a casa de Navarra, que también es casa de Alberto, a dormir en la cama del tercer compañero, que es el más vicioso de los tres y que, por suerte, no está en la casa y por lo tanto en su cama. El otro día me traumaticé cuando vine tarde y con hambre a casa: fuí a la cocina y estaba llena de bichitos feos (que nunca salen de ahí) por lo tanto cerré la puerta, no cené, y desde entonces creo que no he vuelto a entrar. Así que gracias a los que me acojeis en vuestras casas. Bueno, la verdad es que, bichos aparte, tampoco me apetece estar sola. Quizá esa sea la razón fundamental. Aunque los bichitos…

Hoy he tenido un despertar agridulce. Lo agrio ha sido que Navarra entre, se siente y se quede mirando fijamente mientras me quito legañas: «me das miedo». Lo dulce, peinarme el flequillo con un tenedor, como LaSirenita.

Dentro de poco ya no habrá ni Navarra, ni VecinoModerno, ni Màxim/Jennifer… Aunque este vivirá con su Mamipato durante el mes de Julio. Y despues puede que muera. O no. Mi madre, por lo pronto, ya me ha recriminado que «de hija solo te tengo a ti». Se ha desentendido completamente cuando le he dicho que tendrá que limpiar su jaula. Traidora y macrobiótica madre. He descubierto, sin embargo, que en realidad la admiro. Bueno, no es que la admire en el sentido más estrico, sino que le reconozco el mérito. No el mérito de aguantarme (que también) sino el de su vida en general. Nada, es algo que pensé no hace mucho.

Como conclusión y despedida pre-verano, solo tengo que decir que encantada de conoceros. Tanto a los que me esperan para tomar helados y poner las cosas en su sitio (ejem) en aquella ciudad con palmeras, como a los que se quedarán repartidos más cerca de Rita Barberá. He descubierto que es bonito intuir que caes bien, pero es mejor todavía que te digan que te quieren, borrachos o no, con timidez o no, siendo más verdad o más mentira. Pones tu mejor cara de tonta, miras hacia abajo y sientes el pecho henchido de orgullo. Dentro de ser «mala persona», algo habré hecho bien.

Porque algunos son como mutantes, que cambian y cambian pero te dejan participar. Y otros como los bichitos de mi cocina, que salen de la nada, cada vez son más grandes y no se irán nunca.

P.D. Mi intención inicial no era compararos con mutantes y bichos, pero mira… una empieza y no sabe donde acaba.  

PARA NENAZAS

Andrea se despierta de la siesta y dice, vale, a la ducha. Te vas a la playa pero no importa, debes ir limpia y aseadita. Uy, vete a poner música mientras ¿Abba? Pues Abba. Música superficial para que el ánimo no decaiga. Ei, y que no lo hace, que tiene muchisimas ganas de ir esta noche y por eso canturrea mientras se mete bajo el agua y lo sigue haciendo mientras doma sus rizos veraniegos (porque en otoño, invierno y primavera puede evitarlos y de hecho lo hace). Llega Helene y también canturrea porque ella se las sabe TODAS. Andrea se da cuenta de que su preferida es «Gimme!Gimme!Gimme!» y que «SouperTrouper» es cutrísima. Bueno, por eso precisamente le gustan. Se pone el cinturón de chinitas porque sabe que ni a Ana ni a Meliès les gusta, y se coloca la chapa de MariTéCampos porque a Lydia sí le gusta (en la medida en que a una persona normal le puede gustar una chapa semejante). Helene le dice que va guapa, gracias nena. Mira el reloj, llega pronto. Vueltas y vueltas. Es la hora, pero se sienta «hasta que acabe la canción», mentira claro porque ahora empieza otra… está contenta pero no quiere salir de su casa. Salir significa la promesa de una gran noche, pero resulta que es la última, por lo tanto es también la promesa de cosas más complicadas que ella procura evitar hasta el último momento. Inquieta. Si sale por la puerta también Helene se irá mañana y ella se quedará sola con Abba y eso ya no tiene gracia. ¿De verdad eres tan valiente? Vale, pues allá va.


Se produce ahora en el relato una elipsis espacio-temporal en la que Andrea reaparece en la Facultad donde mete 50 céntimos y le salen dos botellas de agua: «Me ha pasado algo maravilloso». Retrasos, olvidos, discusiones a la hora de comprar, comentarios post-examen… deliciosamente cotidiano.


El discurso se articula ahora mediante sumario, donde las imágenes se comprimen y pasan una detrás de otra sin orden aparente con un cierto toque onírico dado por la banda sonora, donde escuchamos palabras como «baduino», «Darwin», «fotosíntesis», «orgasmo», «familias» o «palomain». Una ¿trucha? muerta en la orilla, un profesor al cual matar, una sesión de fotos, unas cuantas más bien, un cantante, una fresa, un tampón que lucha por salir. Mosquitos asesinos. Gente que poco a poco se va llendo.


Un beso de despedida, y otro y otro. Uy, y vinga el plor.


Por la mañana, más de lo mismo. Le adivinan el pensamiento y le regalan algo que ya no tendrá que comprar por si misma, un diario con objetivo francés. Así es más especial. Andrea odia las despedidas porque no sabe que cara poner.


Pues no te queda guapa.  


Sin embargo, está deseando abrir el diario y empezar a escribir, y rellenar las hojas blancas con cosas que todavía no han pasado. Pero para eso no es el momento todavía.


«Today your love, tomorrow the world»

BEAUTIFUL PEOPLE

Todo el mundo se despide de todo el mundo, gente que se despide de mí y yo no quiero. Odio las despedidas casi tanto como odio la Copa de América (America’s Cup del peo). Y yo odio mucho la copita esa en la que Rita invierte millones y destruye barrios históricos en vez de reformarlos. La copita esa donde «el mayor espectáculo del agua se vive en tierra». Claro, si es que es un deporte donde los pobres miran los yates de los ricos. Pero Rita es lista, apela al populismo con su gobierno de PanYCirco: unos fuegos artificiales, una pizca de Canal9, un poquito de Louis Vuitton Patrocinadores… y ahí lo tienes. Orgullo


El sábado estuve con otra beuatiful people que no iba en yate, sino en carrozas, bailando, vestidos de leopardo y con banderas multicolores. Y vale, en Valencia no tenemos a Alaska, pero sí a Nicky y a Aída… que le vamos a hacer. Alberto haciendo fotos y yo tirando confetis (me encantan). Lo dije, esta es una manifestación de gente feliz, de gente que se sabe diferente y lo celebra. Y lo celebrará hasta que esa diferencia no sea tal. Orgullo


Acabamos y fuimos al CorteInglés a comprarnos algo de beber antes del concierto de ChicoYChica y al compañero no se le antojó otra cosa que licor de coco del Yucatán. Pos vale, licor del Yucatán, ale a pagar… uy se me ha olvidado la cartera. Uy… tenemos bebida pero no tenemos dinero para COMER. Uy… pues a la Plaza de la Reina a beber como dos vagabundos a las diez de la noche. Alberto se declara amante de lo cutre y yo, pues le acompaño. Lo mejor, su cara cuando vio a una tia en el escenario en bañador y corbata, con un palo diciendo que era LaTarzana: «no los entiendo». Y lo que me pude reir. Y seguí riendo lo que duró el concierto, que, por cierto se me hizo muy corto (y sí, claro que me acordé de tí). Luego… luego ya no andaba recta. El Yucatán revolvió mi organismo hasta que perdí la noción de lo que significaba caminar derecha. Y tuvimos una pelea absurda sobre cómo volver a casa, uno para la derecha, otro para la izquierda… «eres una puta borracha y luego seguro que pones en el blog Alberto es un puto borracho». Orgullo.


Y como ya ha acabado la tortura de los exámenes escribo cosas normales de persona normal porque ya no estoy en crisis. Solo me queda terminar Documentación y para casita. Pero entre resumen y resumen toca sesión de despedidas. Anoche me fui de tapas com mi erasmusita, su hermano y Lena (tbn erasmusita) y comí calamares como si fuese la primera vez que los comía, solo porque ellas lo hacían por última vez. Y luego que raro, todo tan normal hasta que llegas al portal de tu casa y te toca despedirte de una persona que ha formado parte de tu cotidianeidad y a la que posiblemente no volverás a ver en tu vida. Es triste. Entre Yucatán y Yucatán no lo había pensado. Orgullo.


Y también he ido a la playa! Tengo vida y hago cosas ¿ves? Solo que me da miedo ir a la playa mañana porque si ya me ha costado despedirme de una sola persona ¿como voy a decir adiós a 20? Me da miedo que me de demasiada pena.


Lo dicho, odio las despedidas por eso tiemblo cada vez que pienso en agosto. Porque me lo voy a pasar demasiado bien entre medias como para querer perderos de vista. No quiero.


Y cuando las palabras no te salgan, solo tienes que hacer como Chica y decir: «¡Orrrguuulloo!»

APOCALIPSY NOW

Y todo lo que quería contar ha desaparecido. Como ha desaparecido momentáneamente la luz en la biblioteca. Posiblemente moriré hoy. Estoy recibiendo las señales del Juicio Final en forma de horrorosos relámpagos que me impiden alejarme de aquí. Nunca había escuchado nada igual. Y moriré entre estas cuatro paredes llenas de libros, un rayo caerá del cielo y nos sumergiremos en un oscuro sueño de calor y llamas; mientras la gente muere carbonizada tipo «Carrie» pero con menos estilo, yo me catalizaré con los libros y los infinitos conocimientos que estos contienen. Y seré eternamente inteligente como Corto-Circuito pero con piel y huesos y un poco menos odiosa. Qué bonita forma de morir, aplastada por un grueso tomo de artes industriales o numismática. Amo el Apocalipsis, es la única parte de la Biblia que he leido, me gusta Coppola y Joseph Conrad. Y Brando agotando su último suspiro de vida mientras susurra

«Oh, el Horror»

Si sobrevivo lo volveré a leer, pero no comulgaré con las familias. Si sobrevivo podré ir a destruirlas con Chico y Chica y con LaProhibida el día 25, el día de los Herejes. Y me podré despedir de gente querida el 28. Y otra vez el 30. Y acompañaré a Paula de rebajas. Y me compraré una pistola de agua.

Y «citaré el Eclesiástes a los católicos, el Corán a los islámicos, la Torá a los judios, los textos de Aristóteles a los ateos»

Puede que también guarde cosas. Porque yo no soy de tirar nada. Todo se desintegra poco a poco, es el curso natural de los acontecimientos y es lo que debe de ocurrir. Pero antes muerta y carbonizada que deshacerme de todo. Cuando ya no me acuerde de tí, algo de papel o plástico me refrescará la memoria. A no ser que de camino a mi casa sea una la que se desintegre por completo a causa de un rayo asesino del Señor.

Si nadie lo evita, dentro de poco guardaré…

El díptico de AdányEva de Durero que mi padre me compró en ElPrado. El póster de la Barbie y sus Perritos que compré en los chinos con Paula ese día tan y tan chulo. El cartel del Caprabo de Maria Teresa Campos y Terelu (3por2, aunque la oferta es del año pasado). Las fotos de cuando todavía vivía en el MundoAnalógico, casi todas del verano anterior. El retrato que Juanma me hizo en el tren. El dibujo tan feo de Ana. El póster de aquella fiesta de los 80 en Matisse en la que acabé bailando AlejandroMagno (ochenta de gasolinera), DavidHasselhoff adornando mi habitación… y qué gran noche. Otro póster, de Metrópolis, regalado por mi madre (junto con un peine). Todos los carteles promocionales que arranqué durante el curso, en mi facultad, de los ciclos de cine del LluísVives (a muchos no fui… ahora me arrepiento). Los flyers de ElTornillo. Las postales que compré en una tienda de Alicante (¿CinemaParadiso?). El póster arrugado del MiraUnaModerna. El despertador-abeja, el óscar-pene, las flores de madera, el ex teléfono-hamburguesa… 

Enrollaré todos esos papeles, meteré en cajas lo demás y lo colocaré todo en un armario. Alí me esperarán a que vuelva de tierras extranjeras. Desmonto mi microcosmos (más Micro y más Cosmo que nunca… más mio que nunca) para volverlo a construir en una habitación que todavía ni conozco. Para volverlo a montar un año después. Sólo que pasado tanto tiempo una corre el riesgo de los fantasmas internos sean otros y todo lo accesorio que me rodea mute completamente. Dejaré entonces todas esas cosas en el armario.

Y es que yo no soy de tirar nada.

P.D. » -¿No te encanta Prince?

      » -Más que la vida misma»

      «Pretty Woman» dixit. Mi toque frívolo/ personal. Es lo que pide un fondo rosa.

  

DIVERTIMENTO

Si pongo tu nombre en el google sale una página de desaparecidos en Argentina y tu con otra cara. Investiga tu pasado, baby.



Si pongo el nombre de Ros sale un libro de derecho y ella adora el derecho.



Si pongo el de Ana descubro un pintor con su apellido y famoso, a juzgar por un libro escrito por VazquezMontalbán.



Si pongo Alberto, como no, me sale un delincuente en búsqueda y captura por lesiones. Estás fichado por la policia de Washington y mira… no me extraña.  


 


 


 


 


 


 


 


Si pongo a FlyGiar (con su nombre real) aparece esto…



Si pongo a Meliès no se con cual de las fotos quedarme porque ninguna tiene desperdicio. Pero esta es la más glamourosa. ElHéroeNiño



Hay que ver la cantidad de GloriasMartínez que hay. Jeje.



Hay una niña muuuy lejos que se llama igual que yo. «Mi primera parranda, mi nana, mis papitos y por supuesto yo»